domingo, 29 de enero de 2012

La Reconexión

Dije antes en este blog que creo en el ideal de una Dignidad Humana redimensionada, concretamente en el sentido que el valor del ser humano está en necesaria conexión con el valor del entorno ambiental del cual aquél forma parte.

De aquí el vínculo entre luchar por los Derechos Humanos en general (para realizar la Dignidad Humana tal cual se le ha venido entendiendo por lo menos hasta el siglo XX) y defender en particular el medio ambiente en un contexto de cambio climático desde un enfoque de DDHH -el derecho humano a un medio ambiente sano- (para realizar la referida Dignidad Humana redimensionada, en la cual necesariamente debe haber armonía entre ser humano y medio ambiente).

Ya existen organizaciones como Amnistía Internacional que se ocupan de los DDHH en general. También existen organizaciones como Greenpeace que se ocupan de la defensa del medio ambiente.

Lo que hace falta es una organización que pretenda reconectar la Dignidad Humana con lo ambiental, una organización que se centre en impulsar el derecho humano a un medio ambiente sano en un contexto de cambio climático.

Una organización de este tipo perseguiría desde lo (inter) personal hasta lo político
la aludida reconexión, promoviendo consciencia y sensibilización acerca del íntimo vínculo entre humanidad y naturaleza (con líneas de acción tanto teóricas como prácticas, entre las que se incluya -como no puede ser de otra manera- el impulso de una vida saludable y equilibrada) a su vez que luchando desde espacios de la sociedad civil y de los medios de comunicación por el reconocimiento pleno del Derecho al Medio Ambiente Sano y su cumplimiento (así como el de otros derechos humanos relacionados al medio ambiente) en especial considerando el fenómeno del Cambio Climático.

Creo que las sociedades modernas han venido perdiendo -desde hace siglos, pero ahora más que nunca- la conexión entre lo humano y lo ambiental. El fenómeno del Cambio Climático es -en parte acaso- una respuesta a esa desconexión. Hay que buscar la reconexión, ello se puede realizar desde diferentes enfoques, mi opción es por hacerlo desde el enfoque de DDHH. Opto así porque creo que pragmáticamente es un enfoque que puede dar grandes resultados (los DDHH funcionan como un discurso ética, jurídica y políticamente legitimador a nivel mundial desde Naciones Unidas), opto así porque creo que principalmente -más allá de lo pragmático- el fundamento de los Derechos Humanos -La Dignidad Humana y su redimensionamiento ambientalista- es un ideal valioso para la humanidad y el mundo, en el cual -en lo personal- confío.

Estos días

Como anuncié en este espacio, ya he iniciado un tratamiento médico contra la Cándida.

Estas primeras semanas todo ha venido siendo dificultoso y digo esto porque mas allá de hacer dieta y tomar cápsulas, el tratamiento me obliga a reestructurar mis horarios en general empezando por las horas de sueño.

Al mismo tiempo, y como un factor externo, el intenso calor que hay en Lima en esta época del año me está abobando.

Es por todo ello que me he estancado en escribir mis reflexiones sobre derechos humanos, lo cual me genera un sentimiento de culpa que es inútil a toda luz, pero allí está.

Espero equilibrarme en los días venideros y volver a escribir (también a leer, que es otra tarea pendiente).

martes, 24 de enero de 2012

Sobre los Defensores de DDHH

El/la Defensor/a de Derechos Humanos -especialmente en un contexto de Cambio Climático- debe partir por entender que lo que está defendiendo es la Dignidad Humana, asumiendo que la valía de la condición humana se da en armonía con el ambiente que rodea a la persona humana.

Para ello debe empezar por sí mismo, él/ella debe buscar la armonía consigo mismo y con la naturaleza al tiempo que ejecuta su labor de defensa de los Derechos Humanos de los demás (lo que implica también defender al medio ambiente).

Los/as defensores/as de DDHH han de ser de personas equilibradas y saludables tanto porque ello es un fin en sí mismo, como porque han de trasmitir estos valores al momento de la defensa en general de los derechos humanos, ya que estas dos últimas tareas están ligadas muy en especial en un contexto de Cambio Climático como el que vivimos hoy.

lunes, 23 de enero de 2012

Tratar...

He iniciado un tratamiento desde el sábado 21, el objetivo es eliminar a la Cándida, un hongo que tengo presente en mi organismo.

El tratamiento en cuestión se compone de dos partes, por un lado tengo que hacer una dieta y por otro lado tengo que tomar una serie de suplementos alimenticios.

Hoy es el día número 3 del mentado tratamiento y hasta ahora lo que siento es hambre y sueño.

Lo primero es fácilmente explicable, lo segundo creo que es una consecuencia de aquello: es decir, que no puedo dormir bien si es que siento hambre.

Todo esto implica reorganizar mi vida cotidiana en funcion de los hábitos alimenticios requeridos, lo que resulta -hasta cierto punto- farragoso.

Pero aún así no he dejado de cavilar en mis ideas acerca de los derechos humanos y me he puesto a imaginar (todo esto aún son "ideas-borrador") en una organización que defienda los DDHH a partir de la promoción de la idea básica que la dignidad humana se da desde la condición ambiental de lo humano (es decir, que el ser humano es parte integral de la biosfera).

En una organización de tal tipo creo que la visión general sería la defensa de todos los derechos humanos, pero haciendo incidencia en:

1) Ser proactivos en la promoción de nuevos derechos (y de nuevos mecanismos de garantía para el cumplimiento de los DDHH en general) acorde las nuevos escenarios del siglo XXI.

2) Centrarse en el Derecho a un Medio Ambiente Sano, en un contexto de Cambio Climático. Esto puede entenderse de modo general como bregar por medidas ante el cambio climático desde una perspectiva de DDHH.

Una organización así trabajaría en un extremo desde la persona humana misma, generando conciencia acerca de la condición ambiental de lo humano (para lo cual tendría una línea de acción de cursos y talleres diversos de acercamiento de la gente a la naturaleza) y en el otro extremo plantearía propuestas tanto a la sociedad civil como a los actores políticos de los Estados, Organizaciones Internaciones e incluso Comunidades Políticas Locales acerca de la defensa de los derechos humanos en los nuevos contextos, prestando especial incidencia en la promoción del derecho al medio ambiente sano (para ello tendría líneas de acción tanto comunicacionales como de cabildeo jurídico y político).

El financiamiento de la Organización (que sería una ONG) sería mixto: por una parte, recibiría donaciones de la sociedad civil y por otro, generaría sus propios recursos a través de la impartición de cursos y talleres.

Sería además en lo interno una organización democrática.

Como verán los entendidos, aquí se da una mezcla de dos modelos organizacionales: el de Amnistía Internacional y el de Nueva Acrópolis.

Dado que estas son "ideas-borrador" quiero tomarme el tiempo necesario para releerlas.

Además, confieso que estoy agotado. Cierro este post entonces con la idea de retomar lo dicho aquí.

viernes, 20 de enero de 2012

Un giro necesario

Estoy llevando un curso de Técnicas para Controlar el Estrés en Nueva Acrópolis.

El día martes 17 de enero, como parte del curso, nos dieron los resultados de un Test de Niveles de Estrés que nos tomaron y resulta que presento un nivel demasiado alto... tanto que me he asustado con la puntuación obtenida.

Me estreso por todo y ahora me estoy estresando por la serie de artículos sobre derechos humanos que estoy escribiendo en este blog. Es debido a ello que he tomado la decisión de variar el formato e intentar redactar de un modo más relajado, si es posible a la manera de "lluvia de ideas".

También, para hacer este viaje más llevadero, trataré de alternar lo académico con lo personal.

Y en esta línea lo primero que quiero traer a colación es que el estrés alto es sólamente parte de una sintomatología más amplia dentro de mi condición médica, la misma que me obstaculiza el poder tener una vida "normal".

Lo demás lo iré diciendo ya en las siguientes fechas, así como también en aquellas pretendo seguir exponiendo mis ideas sobre el campo de los derechos humanos.

lunes, 16 de enero de 2012

Individuos y Ciudadanos

Cuando hablamos de Ciudadanía Humana, estamos aludiendo a una condición válida para todos los seres humanos del mundo. Esto está ya postulado así ya hoy en día, con la diferencia que se propone la idea bajo la cual todo individuo es ciudadano de su comunidad política estado-nacional (con el derecho humano a pertenecer a una comunidad de esta naturaleza, esto es el "derecho a una nacionalidad" establecido desde la Declaración Universal de Derechos Humanos de 1948).

Ahora bien, el que todo individuo sea considerado un ciudadano no quiere decir deban tratarse ambos conceptos como sinónimos, ya que todo individuo antes que ciudadano es persona humana.

La ciudadanía debe entenderse como un atributo al servicio del desarrollo de la persona humana -en armonía con el conjunto de su comunidad política- pero de ninguna manera ha de confundirse con la individualidad misma.

Es por ello que la felicidad, la meta máxima de la realización humana, no es una meta ciudadana, sino individual e inter-individual (dejo abierto el debate acerca de si puede considerarse una "meta social").

De manera sabia, la cuestión de la felicidad desde una perspectiva ciudadana de derechos quedó establecida en la Declaración de Independencia de los Estados Unidos (siglo XVIII) como "El derecho a la búsqueda de la felicidad", entendiéndose así que la ciudadanía provee de una condición habilitante para conseguir la felicidad pero no concede la felicidad en sí misma.

Este entendido ha sido ratificado en el marco contemporáneo de los Derechos Humanos y vale para otros conceptos como el placer o el amor.

Esto explica porque no existen -entre otros- "el derecho a la felicidad" o "el derecho al amor" como derechos humanos.

Otra perspectiva desde la cual abordar este tópico es desde la otra cara de la moneda de la ciudadanía: los deberes. Si la felicidad fuese un derecho de cada individuo, correspondería a la comunidad política el deber de hacer realidad esta condición en cada cual y podríamos llegar al extremo que un ciudadano demandase judicialmente al Estado por no hacerlo feliz.

Retomando lo señalado al inicio de este texto: individualidad y ciudadanía no son sinónimos. El primer concepto es más amplio y más rico que el segundo. Los derechos humanos asumen a la ciudadanía (a los derechos mismos) como un atributo habilitante de todo lo legítimamente alcanzable por un individuo (lo ilegítimo viene a ser aquello que daña a otros individuos) en el camino de su desarrollo -que idealmente ha de conducir a su realización personal-.

jueves, 12 de enero de 2012

DDHH y Ciudadanía -2

Argumentado más en favor del concepto de Ciudadanía
Mundial, debemos señalar que más allá del cambio climático ésta se funda en hechos históricos que amenazan a la vez que alientan al Patrimonio Común de la Humanidad, nos referimos a la Globalización y los grandes avances Científico-Tecnológicos, especialmente aquellos del siglo XX en adelante.

Aunados ambos hechos, el resultado es que el mundo humano de hoy no puede concebirse ya como antaño como una serie de espacios geo-políticos separables, compartimentalizables, en los cuales cada Estado (o instancia alterna) se ocupase de garantizar la dignidad de sus ciudadanos o súbditos.

Antes bien, en la actualidad sucede que cada acontecimiento importante de una sociedad humana repercute inevitablemente en otra u otras. Y en las dimensiones económico-financiera y militar esto alcanza proporciones dramáticas. Ya hemos visto desde fines del siglo XX como una crisis económico-financiera se "contagia" cada vez con mayor velocidad e impredictibilidad de un país a otro (incluso de bloques de países a otros). Asimismo, la Guerra Fría nos enseñó lo frágiles que somos los humanos ante los avances científico-tecnológicos de la industria bélica (desde la bomba atómica hasta las armas biológicas y químicas) y hoy -en un mundo multipolar- no estamos más seguros frente a las amenazas de las guerras sino todo lo contrario: más a merced de lo imprevisible.

Resulta irónico ver como la globalización, la ciencia, e incluso el propio cambio climático "construyen" al Patrimonio Común de la Humanidad -que luego el liderazgo político internacional desde la UNESCO, organismo de la ONU, lo plasma conceptualmente y lo instituye en 1972 mediante un tratado internacional- para a su vez amenazarlo (hay que señalar que también son "constructores" del patrimonio común de la humanidad, aunque no vendrían a ser nocivos para aquél, los lenguajes "universales" como las artes). Esta dinámica se da desde el siglo XX y cada vez con mayor fuerza en forma permanente... al punto de poner en vilo a la propia supervivencia de la especie humana.

Como quiera que sea, todo lo reseñado abona en nuestra posición acerca de que frente a un patrimonio común a proteger es necesaria una comunidad mundial ciudadana que piense sus intereses a nivel mundial y no sólo a nivel estatal o inter-estatal.

lunes, 9 de enero de 2012

DDHH y Ciudadanía -1

La ciudadanía es una relación de derechos y deberes entre individuos pertenecientes a una misma comunidad política

Cuando hablamos de derechos, estamos hablando pues de un aspecto primordial de la ciudadanía.

Los derechos humanos prefiguran una "ciudadanía humana" en tanto que para su existencia la propia Organización de Naciones Unidas reconoce una sociedad internacional, que podría ser la antesala de una comunidad política mundial (no en vano a veces se alude a ella como la "comunidad internacional").

Como quiera que sea estamos hablando de posibles escenarios futuros, pues hoy por hoy la sociedad internacional no está conformada por los miles de millones de individuos que habitan el planeta, sino por los Estados que actúan como entidades mediadoras de aquellos.

Por el lado de los deberes, si bien no existe una declaración universal de deberes humanos (correlativa a la de derechos humanos), el tema está contemplado en la esfera de los DDHH desde tiempos tempranos, en 1945 se incluyó una serie de deberes humanos en la Declaración Americana de Derechos y Deberes del Hombre (que atañe a la esfera regional interamericana) y el ítem vuelve a aparecer en escena de cuando en cuando, por ejemplo en la Declaración ONU de Estocolmo de 1972 sobre el Medio Ambiente al proponer que el derecho humano al medio ambiente sano, sea a su vez un deber humano.

La idea general es que los DDHH (y sus correlativos deberes humanos) nos dan una plataforma para entendernos a todos los individuos como miembros de una gran comunidad política humana.

Esto tiene cada vez mas sentido si nos enfocamos en que el gran patrimonio común de la humanidad -el medio ambiente planetario se ve amenazado- por el cambio climático.

A un patrimonio común amenazado, corresponde una comunidad política común que le haga frente más allá de los Estados nacionales quienes por su propia naturaleza tienen intereses sólamente en el bienestar de la parcialidad geo-política que les corresponde.

Dicho esto, quiero aclarar que no estoy en contra de la existencia de los Estados (no soy un anarquista, con el respeto que me merecen los anarquistas) creo que aquellos cumplen un rol clave en la formación de comunidades políticas de ciudadanía en donde se realicen los derechos humanos.

Desde mi visión, debiera existir una comunidad política humana organizada por niveles que de arriba-abajo, sean:

1) La ONU (u otra entidad que ocupe su lugar)
2) Organizaciones Regionales - continentales (como hoy en día son la OEA, la OUA y la CE)
3) Los Estados
4) Comunidades locales autónomas (como los pueblos indígenas).

Por supuesto que sería todo un reto conseguir que en los dos primeros niveles haya participación ciudadana tal como actualmente se hace en los Estados (con elecciones generales, por ejemplo). Pueden para ello instituirse mecanismos de democracia delegativa, pero que sean diferentes a los actuales sistemas de representación estatal en la ONU y en las Organizaciones Regionales. Se va a necesitar creatividad jurídica y política para todo esto (y mucha voluntad de las partes), pero la idea es que se imponga el principio de ciudadanía humana.

Finalmente quisiera decir que en varios ítems (por ejemplo, en asuntos militares), por una cuestión de realismo político, se tendría que mantener el actual esquema de soberanía estatal en la representación internacional. Entendiendo siempre, claro está, que esto es una cuestión pragmática y no principista, que eventualmente puede cambiar...al fin y al cabo cuando hablamos de ciudadanía humana estamos concordando con algo que muchos autores ya han planteado: que la soberanía estatal debe ser relativa (a la dignidad humana) y no absoluta.

viernes, 6 de enero de 2012

DDHH y Pueblos Indígenas...

Quisiera profundizar un poco acerca del tema de los Derechos Humanos y los Pueblos Indígenas.

Si se cumpliese rigurosamente lo estipulado en los artículos 1 del PIDCP y del PIDESC, cada pueblo tendría el derecho colectivo (como derecho humano) a verse representado por un Estado.

Esto es irrealista tanto por un principio de "realpolitik": la oposición de los Estados ya constituidos, como por algo más importante: el hecho que las personas y los territorios de los diferentes pueblos de la tierra se yuxtaponen y sus fronteras asimismo se mueven en el tiempo según circunstancias histórico-sociales.

En la realidad los Estados no se sustentan en el principio de soberanía popular a la usanza "un pueblo , un Estado" (que es lo que el PIDCP y el PIDESC intentan reflejar desde los derechos humanos basándose en lo que la ONU asume como un principio fundamental), sino que son entidades en su mayoría multiculturales -es decir, con más de un pueblo en su interior- que se consolidaron como tales (como Estados) por avatares de la historia.

Entre estos avatares está el hecho que los pueblos indígenas corresponden a sociedades que históricamente han quedado en una posición de subordinación frente a los Estados coloniales y post-coloniales que los han sometido.

Nos preguntamos una vez más qué hacer desde los Derechos Humanos ante esta situación injusta y como respuestas nos viene -acorde lo expuesto- lo siguiente:

1) No persisitir en el error de determinar "derechos colectivos de los pueblos", en especial los de soberanía y autodeterminación que como ya hemos señalado terminan relativizando la dignidad humana.

2) Otorgar autonomía y otras prerrogativas colectivas a los pueblos indígenas para la autogestión de sus diversos recursos (entre ellos, la tierra), pero entendiendo que aquellas no constituyen derechos colectivos sino garantías colectivas a sus derechos como individuos.

3)Ante la cuestión de la relación ciudadana individuo indígena- Estado hegemónico, dada la situación de desventaja histórica del primero, determinar medidas de acción afirmativa tales como cuotas electorales (por poner un ejemplo). Valga la aclaración que este tipo de medidas tiene un alcance temporal y que no constituyen derechos.

La idea general es que los derechos humanos deben servir para generar un marco de ciudadanía, en el que obviamente esté incluído el principio de igualdad sin que ello se contraponga a la diversidad social y cultural.

jueves, 5 de enero de 2012

"Los Derechos de los Pueblos"

En la ficción jurídica del sistema de Naciones Unidas, cada Estado representa en principio a un pueblo, y cada pueblo se ve correspondientemente representado por un Estado.

Pero en la realidad (y la ONU misma lo reconoce actualmente) ello no sucede así, el caso de los Pueblos Indígenas es emblemático de como dicha ficción no se condice con los hechos, asimismo existen casos de otros colectivos sociales que pueden calificar como "pueblos" sin estar representados por un Estado.

¿Cómo afecta ello a los Derechos Humanos? pues mucho, dado que este tema genera un gran malentedido al derivar en el postulado de los "derechos colectivos" que no es otra cosa que la idea que un colectivo (un pueblo) es tan digno como lo puede ser un individuo.

El malentendido se origina en un primer momento al afirmar que los derechos de las personas humanas tienen asidero en el derecho de autodeterminación (que es hasta entonces concomitante a la soberanía) de los pueblos -en los que loa individuos se agruparían en forma compartimentalizada- correspondiendo tales pueblos a los Estados asentados en la ONU.

Esto está establecido en los Artículos 1 del Pacto de Derechos Civiles y Políticos y del Pacto de Derechos Económicos Sociales y Culturales del año 1966.

Luego, con el devenir del tiempo, el problema de la autodeterminación se complejiza al irrumpir en el escenario internacional las demandas de los representantes de los pueblos indígenas, dando como resultado que la ONU llega a reconocer el estatus de "autodeterminación sin soberanía" para aquellas entidades.

En la esfera de los Derechos Humanos ello se traduce en reconocer los Derechos Colectivos de los Pueblos Indígenas, o simplemente en afirmar los Derechos de los Pueblos.

El problema es que otorgar derechos a una entidad abstracta, indeterminada en tiempo y espacio, a todas luces contingente y definida desde los discursos de los propios individuos equivale a degradar la dignidad humana misma.

Ello, dado que la dignidad humana en sí -que pertenece a todo y cada individuo humano- al ser equiparada con la dignidad (el valor en sí mismo) de un colectivo hace que se relativice la primera al valor de la segunda : el individuo pierde su valor absoluto y pasa a depender del valor del pueblo o pueblos (en realidad de las organizaciones políticas que hablan en su nombre) de los cuales forma parte (voluntaria o forzosamente).

martes, 3 de enero de 2012

DDHH y Cambio Climático, para empezar

Los derechos humanos tienen una triple dimensión: ética, jurídica y política y sostienen -desde el gran marco institucional de Naciones Unidas- el orden de lo legítimo a nivel mundial desde 1945.

Su base es asumir como digno al ser humano (la dignidad humana), es decir que cada individuo es valioso en sí mismo por el mero hecho de serlo.

Su preocupación por el individuo no es casual, fue una reacción a los horrores de la segunda guerra mundial en donde el nazismo -basándose en la noción de soberanía absoluta del estado- arrasó con las mas mínimas consideraciones para con la persona humana llegando al extremo del genocidio institucional (caso de los judíos, los gitanos, los homosexuales, los enfermos mentales, los discapacitados físicos...).

Hoy en día, más allá de las guerras existentes y del riesgo por una "tercera guerra mundial" existe un acontecimiento que debe preocupar a todo el mundo pues afecta la supervivencia misma del ser humano, nos referimos al cambio climático.

El cambio climático ya comenzó, va a durar un tiempo indefinido y sus consecuencias catastróficas son impredecibles.

¿Qué tienen que decir los DDHH ante el cambio climático?. Creemos que ante todo hay que asumir a plenitud la condición del ser humano como parte indesligable de su medio ambiente, a partir de aquí se reconcibe pues a la dignidad humana en tanto aunque el ser humano sigue siendo valioso por el mero hecho de serlo, ese "ser" es indesligable de su naturaleza de animal racional habitante de un entorno en el cual necesariamente se relaciona con otras especies y con otros elementos.

Luego, buscar realizar la dignidad humana pasa (también) por pretender una relación armónica humano- ambiental. Esto debiera ser parte de la "nueva legitimitad" del orden mundial que se sostiene desde las Naciones Unidas.

Veamos...

Leo lo que escribi ayer y me quedan sensaciones encontradas.

De un lado, me gusta decir lo que dije.

De otro lado me hago la pregunta "¿para qué sirve lo dije?" y no puede dejar de asaltarme al cerebro una voz que me señala que es inútil todo, en el sentido que es una pérdida de tiempo escribir "manifiestos" revolucionarios que a nada habrán de conducir y que más bien me empujarán a la marginalidad social (por no dedicar mi vida a cosas mas "útiles").

Pero, pronto recuerdo la motivación que dió origen a todo esto : el hecho de estar
involucrado en la defensa de los derechos humanos y repentinamente caer en la cuenta que el gran acontecimiento del cambio climático hacía necesario reconcebir desde sus bases los propios DDHH.

Intentaré entonces seguir con esta línea, partiendo del tema del cambio climático y su incidencia en los derechos humanos.

lunes, 2 de enero de 2012

Hablemos de DDHH - Introducción

Dentro de mis ideales, asumo a los derechos humanos en una posición central desde el momento en que creo que el valor más importante es la dignidad humana (la base de los DDHH).

Con todo, tengo una mirada crítica a cómo la noción de dignidad humana ha sido asumida incluso en el marco de los DDHH contemporáneos.

En primer lugar, sostengo que la dignidad humana está sumida en el medio ambiente humano.

En segundo lugar -y ligado a lo anterior-, que la dignidad humana está por encima de cualquier prerrogativa colectiva, inclusive de las funciones y atribuciones de los estados.

El primer punto confronta la idea que el ser humano es una suerte de "ser supremo" que puede desvincularse de la naturaleza y/o someterla.

El segundo punto confronta la idea que la dignidad humana está compartimentalizada dentro de los diferentes pueblos en los que estaría segmentado el planeta.

Ambos puntos se unen bajo el postulado que el individuo como ser indesligable de la naturaleza es el depositario por definición de derechos y deberes ante ella y ante sus semejantes.

A diferencia de otras entidades, el entorno natural humano es uno solo y es absoluto y concreto; asimismo, el individuo humano es absoluto y concreto también. Los pueblos son contingentes, cambiantes según circunstancias históricas y sociales, y sus fronteras nunca están (ni pueden estarlo) plenamente definidas. Los pueblos se interconectan y se yuxtaponen.