miércoles, 22 de octubre de 2008

Sé Feliz

Reflexión sobre la Felicidad como deber ser dentro del Mandamiento Cristiano del Amor

En su pasado cumpleaños (86 otoños), un tío-abuelo muy querido, dio un discurso de agradecimiento a los asistentes y concluyó con una frase que creo me ha marcado:

"Ser Feliz es una obligación... sean felices, porque la vida es para eso, así lo ha querido nuestro Señor"

Tiene sentido. Y es más profundo de lo que suena.

Si estamos en este mundo para ser felices, el deber es así, en plural. Luego, uno puede ser feliz, pero el mandato no estará cumplido si es que no son felices los demás.

Y podemos profundizar más el asunto: para ser feliz Uno, ha de estar bien con el resto (al fin y al cabo la felicidad es una construcción social). O dicho de otra forma, ser feliz implica que lo hagan a Uno feliz a la vez que Uno genera felicidad en la sociedad.

Ser feliz vendría a ser el acto de realizar felicidad en el doble sentido individuo-sociedad.

"Sé feliz haciendo felices a los demás, haz felices a los demás siendo feliz tú mismo"

Creo que así lo sintetizaría yo. Y pienso que esto es nada más que una interpretación parcial del tan complejo y a la vez tan simple Mandamiento de Jesucristo Nuestro Señor (para los creyentes).

"Aménse los unos a los otros, cómo yo les he amado a Ustedes".

Para que quede claro, pensamos que nuestra reflexión acerca de la Felicidad está abarcada por el Mandamiento Cristiano acerca del Amor, que es mucho más amplio y más rico.

Dicho esto con el mayor respeto y puesto a materia de debate, dado que quién escribe es un Individuo más viviendo su personal proceso de Fe.

miércoles, 8 de octubre de 2008

Compromiso

Estoy aburrido de leer y leer tanta tontera.

No niego que yo de vez en cuando escriba sonseras. Todo el mundo tiene derecho a hacerlo.

Pero de un tiempo a esta parte, como que ya es demasiado.

Vayan y pasen los artículos humorísticos o de mero entretenimiento o goce literario.

Pero todos esos artículos de opinión o pero aún, de análisis, que se dedican simplemente a intentar demostrar que ellos están equivocados y/o que nosotros tenemos "la razón"...

No pues, ya eso me resulta insoportable.

Por eso ahora me he propuesto centrar mi atención en las reflexiones sobre la gran temática que realmente urge en este planeta.

Me refiero por supuesto, al llamado "cambio climático", la destrucción del ecosistema, pues.

Y quiero ser amplio en mi enfoque, la cuestión ecológica implica mucho, pero mucho más que la contaminación ambiental.

Aquí está en juego la misma supervivencia de la humanidad a nivel físico, y por otro lado la definición de ella a un nivel conceptual.

Porque cuando trata de salvar al planeta de todos, algo en todos y en cada uno se ve afectado en sus identidades y ya no hay marcha atrás: no nos podemos aferrar al pasado.

Las fronteras se diluyen con los desastres naturales y la pauperización de la condición humana (creo que no hay dudas de las múltiples relaciones entre guerras, pobreza y afectación de la naturaleza ¿verdad?).

La globalización para bien y para mal nos ha puesto en cuestionamiento nuestra convivencia a escala mundial. Se hace preciso un replanteamiento del orden planetario a profundidad.

Quiero aprender a mirar mejor el horizonte, pues quizás mañana no haya más cielo siquiera.

Por todo eso, he de enfocarme en esta problemática y perder menos el tiempo en tonteras.

Poner mis capacidades al servicio de la supervivencia y la construcción de un futuro mejor y diferente para todos. Este es mi propósito y compromiso.

Sí. Mi Amor.

Siempre he temido decir esta palabra, o acaso sea más correcto decir que le he guardado respeto, qué mas da.

Amor.

Uno se involucra en una relación y siente tantas cosas, descubre emociones inexploradas e incurre en dimensiones desconocidas de sensaciones que creía aprendidas.

Y entre un abrazo y un beso, y una caricia y una ausencia. Eso que se dice un Querer. La espera interminable. Extrañar. Ver un furtivo y extraño gesto con un desconocido. Celos. El aroma que con los meses, los años va adquiriendo sabor a dulce domesticidad (hogar, dulce, hogar). Ternura. Y entre las pasiones donde se funden , confunden e incluso se reconceptualizan cuerpos y almas, inevitable decirlo con garganta y espíritu: Te quiero. En el Sexo, te quiero. Frente al Mundo, te quiero. Más allá de mí mismo, te quiero, te quiero.

Pero ¿amar?.

¿Han notado que fácil en el cine o en la televisión los amantes se dicen “te amo”?. En la vida real no es así.

Yo la semana pasada por vez primera he podido decir sinceramente que amo ( no que “quiero” ni que “tengo cariño”) a una mujer contemporánea con la que me involucré como pareja (informal, pero pareja al fin, “coupling” valga el anglicismo) y a la que conocí intermitenmente durante cuatro años.

Ahora ella y yo estamos a miles de kilómetros de distancia. Pero ese no es el punto.

El punto es que más allá de cualquier acontecimiento yo la siento como parte de mi sangre. Anhelo su Felicidad porque es de algún modo –muy íntimo y real- la mía propia.

“Contigo o sin ti” proclamaba una canción ochentera el anhelo de ser Feliz uno mismo más allá de la otra persona. Despecho, podría decirse, Orgullo legítimo también.

En mi caso, “A tu lado, o a la distancia” proclamo que te amo (perdonen lectores, pero ahora me estoy dirigiendo a ella, porque es de justicia) y que te deseo Felicidad provenga de donde provenga la fuente o fuentes de tal aspiración.

¿Habrá un Futuro para esta relación?. No lo sé y de momento no me importa. Amarla es un Placer. Suena cursi y por eso mismo créanme que realmente es así. Gracias.